BYD Dolphin: el compacto eléctrico de diseño distinto pensado para el día a día
Este modelo es una propuesta de la marca china para el segmento eléctrico más disputado, combinando diseño llamativo y buena relación calidad-precio
Opinión: el BYD Dolphin frente a las expectativas del mercado
El BYD Dolphin es un coche que despierta tantas expectativas como dudas. Por un lado, su planteamiento es muy sólido: compacto, práctico y con una relación calidad-precio que lo convierte en un rival incómodo para cualquier generalista europeo. El espacio interior sorprende en un vehículo de este tamaño, y la eficiencia de su batería muestra el nivel tecnológico que BYD ha alcanzado en muy poco tiempo.
Pero también deja sensaciones encontradas. El diseño, aunque moderno y fresco, juega en un terreno de gustos personales y no a todos convencerá su aire juvenil. La calidad de algunos acabados está un paso por detrás de lo que ofrecen marcas europeas consolidadas, y eso se percibe en detalles que, aunque no afectan al rendimiento, sí condicionan la percepción de valor.
En la conducción se nota ágil en ciudad y solvente en carretera, sin pretender brillar en deportividad. El Dolphin no quiere seducir con emociones fuertes, sino con la lógica: autonomía suficiente, carga rápida y un precio competitivo. Y en ese terreno resulta un coche muy convincente.
En definitiva, el BYD Dolphin es la prueba de que el mercado eléctrico ya no es un club exclusivo: es un producto pensado para democratizar la movilidad eléctrica. No será perfecto, pero marca claramente el rumbo de lo que viene.




El BYD Dolphin se ha convertido en uno de los modelos más reconocibles de la marca oriental en su desembarco europeo. Concebido como un compacto urbano, llega al segmento más competido del mercado eléctrico, donde rivales como el Kia EV3, el Volkswagen ID.3, el MG4 o el Renault Mégane E-Tech marcan el ritmo. Con un diseño desenfadado, un interior amplio y un precio competitivo, el Dolphin busca abrirse paso no solo por cifras técnicas, sino también por la filosofía de BYD: ofrecer coches eléctricos accesibles y equipados.


Un jugador en el segmento más competido
El segmento de los compactos eléctricos se ha convertido en el verdadero campo de batalla de la movilidad sin emisiones. Es la categoría donde se concentran más lanzamientos y donde el cliente busca un equilibrio entre precio, autonomía y practicidad. En ese escenario aparece el BYD Dolphin, un modelo que, lejos de ser testimonial, ha logrado posicionarse en pocos meses como uno de los coches más vendidos de la marca en Europa.
BYD, que ya contaba con experiencia previa en eléctricos en su mercado local, ha apostado por el Dolphin como una de sus cartas principales para ganar notoriedad fuera de China. Su misión es clara: ofrecer un producto competitivo en precio y con un equipamiento generoso, dos factores clave para atraer a compradores europeos que todavía miran con lupa cada euro invertido en un coche eléctrico..


Mecánica y autonomía
El BYD Dolphin se comercializa en Europa con dos opciones mecánicas. La primera monta un motor de 95 CV, pensado para un uso esencialmente urbano, mientras que la segunda eleva la potencia hasta los 204 CV con un par motor de 290 Nm, ofreciendo prestaciones mucho más solventes en carretera.
Ambas versiones utilizan la batería Blade Battery de BYD, basada en tecnología LFP, con 60,4 kWh de capacidad en la variante más capaz. Gracias a ella, el Dolphin homologa una autonomía de hasta 427 km en ciclo WLTP, situándose en la media del segmento. La eficiencia es uno de sus puntos fuertes, con un consumo aproximado de 15,9 kWh/100 km, lo que le permite aprovechar bien la capacidad de la batería.


Ficha técnica
Motores 95 CV (70 kW) o 204 CV (150 kW)
Par máximo Hasta 290 Nm
Velocidad máxima 160 km/h
Aceleración 0-100 7,0 s (versión 204 CV)
Batería 60,4 kWh (Blade Battery LFP)
Autonomía WLTP Hasta 427 km
Consumo medio 15,9 kWh/100 km
Carga en CA 11 kW (6h30 min)
Carga en CC Hasta 88 kW (30-80% en 29 min)
Longitud 4,29 m
Anchura 1,77 m
Altura 1,57 m
Maletero 345 litros
Plazas 5
Precio aprox. Desde 29.990 € (95 CV) / 36.490 € (204 CV)
Diseño exterior e interior: frescura y funcionalidad
El BYD Dolphin no pasa desapercibido. Su diseño rompe con la sobriedad habitual de los compactos europeos y apuesta por formas más redondeadas y juveniles. Los faros delanteros estilizados, el capó corto y la trasera robusta le otorgan un aire desenfadado, mientras que la gama de colores incluye combinaciones bitono que refuerzan esa imagen fresca y urbana.
En el interior, el Dolphin sorprende por la amplitud del habitáculo, especialmente en las plazas traseras, donde ofrece más espacio del que se espera en un coche de 4,29 metros. El puesto de conducción está dominado por una pantalla central giratoria de 12,8 pulgadas, que puede colocarse en formato horizontal o vertical, y un cuadro digital compacto frente al conductor. La calidad de los materiales es correcta para su rango de precio, con un diseño que prioriza la practicidad y un buen nivel de equipamiento de serie.
Carga y equipamiento tecnológico
El BYD Dolphin admite carga en corriente alterna hasta 11 kW, lo que permite recuperar la batería completa en unas seis horas y media en un wallbox doméstico trifásico. En corriente continua alcanza potencias de hasta 88 kW, suficientes para pasar del 30 al 80% en unos 29 minutos en un punto rápido, cifras correctas aunque algo por debajo de algunos rivales directos.
En el apartado tecnológico, el Dolphin destaca por incluir de serie elementos que en muchos competidores son opcionales: faros LED, control de crucero adaptativo, asistente de mantenimiento de carril, cámara de 360º y actualizaciones remotas. La pantalla central giratoria de 12,8 pulgadas y la conectividad completa con Apple CarPlay y Android Auto terminan de redondear un equipamiento sorprendente para su rango de precio.
Precios y versiones en España
El BYD Dolphin llegó al mercado español con una estrategia de precios muy competitiva. La versión de acceso, con motor de 95 CV y batería de menor capacidad, parte de unos 29.990 euros antes de ayudas, lo que lo convierte en uno de los compactos eléctricos más asequibles de su categoría.
La variante más equilibrada, con 204 CV y la batería de 60,4 kWh, se sitúa en torno a los 36.490 euros, ofreciendo una autonomía de hasta 427 km WLTP y un equipamiento muy completo desde la versión básica.
Con esta política, BYD busca posicionar al Dolphin como una alternativa clara a modelos como el MG4 o el Renault Mégane E-Tech, pero con un precio de acceso más bajo y una relación calidad-prestaciones que lo hacen muy atractivo para quienes dan el salto al eléctrico por primera vez..
Un segmento C que casi podría llamarse “segmento BYD”
Resulta llamativo que una sola marca haya desplegado tres modelos eléctricos en el corazón del segmento C. El BYD Dolphin, el Atto 2 y el Atto 3 no solo comparten dimensiones muy próximas, sino que también compiten en un rango de precios y prestaciones que, en teoría, deberían diferenciar a rivales y no a hermanos de catálogo.
El Dolphin se posiciona como el más racional: compacto de cinco puertas, con un diseño juvenil y un precio contenido, pensado para ser la puerta de entrada al eléctrico familiar. El Atto 2, por su parte, representa una variante más estilizada y aspiracional, con líneas de SUV coupé y un enfoque más emocional. Y en el extremo, el Atto 3 aparece como el SUV compacto “de verdad”, con mayor altura libre, un interior más llamativo y un equipamiento tecnológico más ambicioso.
Lo curioso es que, vistos en conjunto, los tres cubren casi todos los matices posibles del segmento C: desde el compacto asequible hasta el SUV de corte premium. Una estrategia arriesgada, porque puede provocar canibalización entre modelos, pero también inteligente: permite a BYD asegurarse de que, elija lo que elija el cliente europeo, siempre haya un “BYD” que encaje en su decisión.
El acierto —y la confusión— de llamar Dolphin Surf al Seagull en Europa
BYD ha decidido rebautizar al Seagull con el nombre de Dolphin Surf para el mercado europeo. La jugada tiene doble filo: aporta coherencia al integrarlo en la familia Dolphin, pero genera cierta confusión, sobre todo si tenemos en cuenta que en México y otros países de Latinoamérica se comercializa como Dolphin Mini, mientras que en Asia también se vende como Atto 1. Un mismo coche con varios nombres según la región, lo que refuerza la estrategia global de la marca pero al mismo tiempo diluye la identidad de un modelo que podría brillar por sí solo.




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