MG4 EV: el compacto eléctrico que sorprende por diseño, autonomía y precio

Varias opciones de batería y un precio competitivo convierten a este modelo en uno de los rivales más serios del segmento EV-C

El MG4 EV es uno de esos coches que descolocan. Cuando lo ves por primera vez piensas en un compacto con líneas atrevidas, un diseño que no pasa desapercibido y cierto aire deportivo. Pero lo sorprendente llega cuando lo conduces: se siente sólido, bien plantado y con una puesta a punto que no tiene nada que envidiar a marcas con mucha más tradición en Europa.

La dirección transmite confianza, el coche gira con agilidad y no da la sensación de ser un eléctrico “torpe” o pesado, algo que todavía encontramos en algunos rivales. Las suspensiones están en ese punto intermedio: absorben bien los baches urbanos, pero mantienen la firmeza en carretera para que no se pierda precisión. Incluso a ritmos más altos, el MG4 conserva el aplomo.

En cuanto a la autonomía, las cifras oficiales varían según la batería, pero lo cierto es que en condiciones reales es fácil acercarse a lo prometido si se conduce con cabeza. El consumo está bastante contenido para el tamaño y la potencia que ofrece.

Si hay que ponerle un pero, sería el interior. No porque esté mal, sino porque los acabados son correctos, sin alardes. Es funcional y bien resuelto, pero quien busque un ambiente premium no lo va a encontrar aquí. Eso sí, el espacio interior es amplio y práctico, y el maletero cumple sin problemas para un uso familiar.

En definitiva, el MG4 EV es un coche que rompe prejuicios. No es simplemente “un eléctrico barato”, sino un compacto bien afinado, con versiones que cubren desde un uso diario sencillo hasta opciones deportivas que ponen en aprietos a rivales mucho más caros. Un modelo que, sin duda, obliga a mirar a MG con otros ojos.

El MG4 EV se ha convertido en uno de los grandes protagonistas del mercado eléctrico europeo. Este compacto de cinco puertas, fabricado por la marca de origen británico y propiedad del grupo chino SAIC, combina un precio competitivo con un diseño moderno y una tecnología que sorprende por su nivel de madurez.

Con unas dimensiones comedidas, el MG4 busca ser una alternativa real a opciones consolidadas como el Volkswagen ID.3 o el Renault Mégane E-Tech, pero con un enfoque más asequible.

Por dentro, apuesta por una estética limpia y minimalista, con doble pantalla digital y materiales correctos, que priorizan la funcionalidad. Su espacio interior resulta convincente, especialmente en las plazas traseras, y la capacidad del maletero (363 litros) se sitúa en la media del segmento. En marcha, el MG4 sorprende por su agilidad y un comportamiento bien afinado, con una puesta a punto que demuestra que MG no quiere ser vista solo como “la opción barata”, sino como un competidor con argumentos sólidos.

En cuanto a autonomía, la gama ofrece varias opciones de batería que van desde los 51 hasta los 77 kWh, con cifras oficiales entre 350 y más de 500 km en ciclo WLTP. Esto, unido a potencias que van de 170 a 435 CV en la versión más prestacional (XPower), convierte al MG4 en un modelo polivalente que cubre desde necesidades urbanas hasta viajes de largo recorrido.

Desmontando prejuicios

Aprovechar la herencia de una marca histórica

El caso de MG es uno de los ejemplos más claros de cómo las marcas históricas del automóvil pueden reinventarse sin perder del todo su identidad. Fundada en 1924 en el Reino Unido, Morris Garages (MG) fue durante décadas un referente en coches deportivos británicos accesibles, con modelos míticos como el MG B. Sin embargo, la crisis del sector y la debilidad del grupo Rover llevaron a su desaparición en 2005.

Fue entonces cuando el gigante chino SAIC Motor adquirió los derechos de la marca, trasladando la producción a China pero manteniendo el nombre MG como emblema. La jugada fue estratégica: aprovechar la herencia y el reconocimiento de una marca con casi un siglo de historia en Europa para dar credibilidad a su nueva ofensiva de coches globales.

Hoy, aunque los MG ya no se fabrican en Inglaterra, conservar el nombre supone mantener un vínculo emocional con el pasado británico y reforzar la confianza en mercados donde los fabricantes chinos todavía generan recelos. En definitiva, el logotipo octogonal de MG actúa como puente entre la tradición europea y el presente chino, garantizando que la marca no sea percibida como un recién llegado, sino como un fabricante con raíces profundas y legitimidad histórica.

Versión XPower sorprendente: el MG4 XPower es un auténtico “lobo con piel de cordero”: un compacto eléctrico con 435 CV, tracción total y un 0-100 km/h en solo 3,8 segundos, cifras propias de un deportivo de alta gama.