Volkswagen ID.4: el SUV eléctrico más equilibrado de la marca alemana

Un modelo que nació para llevar la movilidad eléctrica de la marca al gran público, combinando espacio, autonomía suficiente y una conducción sencilla pero segura

Cuando Volkswagen lanzó el ID.4 a finales de 2020, su idea no era conquistar a los más tecnológicos, sino convencer a las familias de que un eléctrico podía ser su coche de cada día. Este SUV de tamaño medio, construido sobre la plataforma modular MEB, apostó por un enfoque práctico: espacio generoso, autonomía suficiente y una conducción suave y predecible. A medio camino entre el compacto ID.3 y el más ambicioso ID.5, el ID.4 se consolidó como la opción más equilibrada de la gama, combinando eficiencia, confort y una imagen de marca reconocible.

Del ID.3 al ID.4: la apuesta familiar de Volkswagen

Tras el lanzamiento del ID.3, que inauguró la nueva era eléctrica de Volkswagen en 2020, el siguiente paso era lógico: crear un SUV capaz de atraer a un público más amplio. Así nació el Volkswagen ID.4, un modelo que comparte plataforma con su hermano compacto pero que se dirige a quienes necesitan más espacio, comodidad y versatilidad.

El objetivo de la marca era replicar, en el universo eléctrico, el éxito que tuvo el Tiguan entre los SUV de combustión. Y para ello, Volkswagen optó por una receta muy suya: diseño sobrio, acabados correctos y una experiencia de conducción que transmite confianza más que emociones.

El resultado fue un coche que no pretende deslumbrar, sino convencer por equilibrio y funcionalidad. Su llegada supuso además un paso estratégico importante: fue el primer modelo eléctrico de Volkswagen fabricado fuera de Europa, con plantas de producción también en China y Estados Unidos, lo que refleja el papel global que el ID.4 debía desempeñar dentro de la ofensiva eléctrica del grupo.

Diseño y espacio interior

El Volkswagen ID.4 no busca llamar la atención a primera vista, y precisamente ahí reside parte de su encanto. Su diseño es limpio, aerodinámico y sin excesos, con formas suaves y proporciones equilibradas que lo hacen reconocible pero discreto. En cierto modo, es el reverso tranquilo de otros SUV eléctricos más agresivos o futuristas: el ID.4 prefiere inspirar confianza antes que sorprender.

El frontal prescinde de la clásica parrilla y apuesta por una línea continua de luz que une los faros LED, un recurso ya común en la familia ID. Las superficies lisas y la elevada cintura transmiten solidez, mientras que el perfil fluido ayuda a reducir la resistencia aerodinámica, algo clave para optimizar la autonomía.

Por dentro, el coche sigue la misma filosofía. El habitáculo es amplio y luminoso, con una sensación de espacio más cercana a la de un monovolumen que a la de un SUV tradicional. La ausencia de túnel central y el suelo completamente plano permiten una gran libertad de movimientos, mientras que el maletero, con 543 litros de capacidad, se sitúa entre los más generosos de su segmento.

Los materiales y ajustes son correctos, aunque no exentos de críticas: algunos plásticos duros desentonan en un coche de su precio. A cambio, el diseño minimalista y la ergonomía general transmiten una sensación de orden y funcionalidad, reforzada por la buena visibilidad y la elevada posición de conducción.

Versiones, baterías y autonomía

El Volkswagen ID.4 se ofrece con distintas configuraciones que combinan motores eléctricos de diferente potencia y dos tamaños de batería. En la mayoría de mercados europeos, las versiones más conocidas son las Pro y Pro Performance, equipadas con un motor trasero de 204 CV (150 kW) y una batería útil de 77 kWh, suficientes para recorrer entre 520 y 550 kilómetros según el ciclo WLTP, dependiendo del acabado y las llantas.

Existe también una variante básica, Pure, con batería de 52 kWh y 170 CV, más pensada para un uso urbano o mixto, y en el extremo opuesto la versión GTX, con tracción total, dos motores eléctricos y una potencia combinada de 299 CV, que permite un 0 a 100 km/h en 6,2 segundos.

La carga rápida es uno de sus puntos fuertes: el ID.4 puede admitir hasta 135 kW en corriente continua, lo que permite recuperar del 10 al 80 % de la batería en poco más de 30 minutos si se utiliza un cargador rápido adecuado. En corriente alterna, la potencia máxima de carga es de 11 kW, habitual en su segmento.

En la práctica, la eficiencia del ID.4 se mueve en valores razonables, con consumos reales entre 17 y 20 kWh/100 km, lo que lo sitúa en la media de los SUV eléctricos de su tamaño. Sin ser el más ligero ni el más brillante en prestaciones, consigue un buen equilibrio entre autonomía y confort, algo que ha sido clave para su éxito comercial.

Conducción y tecnología

El Volkswagen ID.4 no pretende emocionar, pero sí convencer. Su conducción está pensada para quienes valoran la suavidad y la estabilidad por encima de las reacciones deportivas. Desde los primeros metros transmite la sensación de un coche bien asentado, con un centro de gravedad bajo gracias a la ubicación de la batería en el piso y una dirección ligera pero precisa que facilita la conducción urbana.

En carretera, el ID.4 se comporta con la serenidad que se espera de un SUV familiar. La suspensión filtra bien las irregularidades y el aislamiento acústico es notable, incluso a velocidades de autopista. No es un coche diseñado para buscar curvas, pero sí para recorrer kilómetros con comodidad y sin estrés. La tracción trasera aporta un toque de equilibrio que mejora la motricidad en aceleraciones fuertes o en superficies deslizantes.

El apartado tecnológico sigue la línea de la familia ID, con un cuadro de instrumentos digital compacto y una pantalla central táctil que concentra la mayoría de funciones. El sistema multimedia Discover Pro ha recibido varias actualizaciones que mejoran su fluidez, aunque algunos menús siguen requiriendo cierta curva de aprendizaje.

A nivel de asistentes, el ID.4 ofrece prácticamente todo el arsenal de Volkswagen: control de crucero adaptativo, mantenimiento de carril, asistente de tráfico, cámaras 360º y aparcamiento automático, entre otros. Todo ello bajo el paraguas del sistema Travel Assist, que permite una conducción semiautónoma de nivel 2 bien resuelta y fiable en la mayoría de situaciones.

Precio, equipamiento y rivales

El Volkswagen ID.4 se mueve en un rango de precios que parte de algo más de 40.000 euros en su versión básica Pure y supera los 60.000 euros en la deportiva GTX. Dentro de ese margen ofrece varios niveles de acabado, todos con un equipamiento bastante completo desde las versiones intermedias: llantas de aleación, climatizador bizona, faros LED, sistema multimedia de gran formato, carga rápida y un completo paquete de asistentes a la conducción.

La calidad percibida y el confort general justifican buena parte del precio, aunque no faltan alternativas que ofrecen más autonomía o potencia por una cifra similar. En su segmento convive con rivales muy consolidados como el Tesla Model Y, el Skoda Enyaq, el Hyundai Ioniq 5, el Kia EV6 o el Nissan Ariya, todos ellos con propuestas de diseño y enfoque distintos.

El ID.4 apuesta por la coherencia y la madurez. No busca ser el más avanzado ni el más barato, sino el que mejor combine la usabilidad cotidiana con la fiabilidad de una gran marca. En ese equilibrio reside su atractivo, especialmente para quienes quieren dar el salto al coche eléctrico sin asumir riesgos o extravagancias.

Ficha técnica

(versión Pro Performance)

Plataforma MEB (Volkswagen Group)

Motor Eléctrico síncrono de imanes permanentes (trasero)

Potencia máxima 204 CV (150 kW)

Par máximo 310 Nm

Transmisión Automática, tracción trasera

Batería útil 77 kWh (82 kWh bruta)

Autonomía WLTP 520 – 550 km

Velocidad máxima 160 km/h

Aceleración 0–100 km/h 8,5 s

Consumo medio WLTP 17,0 – 18,5 kWh/100 km

Carga AC Hasta 11 kW

Carga DC (rápida) Hasta 135 kW

Longitud / Anchura / Altura 4,58 m / 1,85 m / 1,63 m

Maletero 543 litros

Peso 2.124 kg

Plazas 5

Vídeo del VW ID.4