Miedo a quedarse sin batería, el nuevo tipo de ansiedad de la era electrificada

'Range anxiety' es su denominación en inglés y afecta a todo tipo de conductores. La buena noticia es que tiene una solución sencilla

Según un estudio de la consultora Deloitte realizado en 2023, más del 60% de los potenciales compradores de vehículos eléctricos en Europa mencionan el miedo a quedarse sin batería como una de sus principales barreras para adoptar esta tecnología. Es verdad que esa prospección tiene ya dos años, pero no es menos cierto que es un temor muy vigente, a pesar de los avances de las marcas por dotar de más autonomía a sus vehículos.

Factores que alimentan el 'range anxiety'
  1. Autonomía percibida vs. autonomía real
    La mayoría de modelos prometen entre 300 y 500 kilómetros de autonomía, o incluso más, pero en condiciones reales (clima extremo, carga completa del vehículo, velocidad alta), esta cifra puede reducirse significativamente.

  2. Infraestructura aún en desarrollo
    Aunque las redes de carga están creciendo, en muchas regiones —especialmente rurales o periféricas— la disponibilidad sigue siendo limitada, lo que genera inseguridad.

  3. Tiempo de carga
    A diferencia del repostaje en un coche de gasolina, que toma minutos, cargar un VE puede llevar desde 30 minutos (en supercargadores) hasta varias horas, dependiendo del punto de carga.

  4. Desconocimiento tecnológico
    Muchos conductores no saben cómo planificar rutas con carga ni cómo interpretar correctamente la información del sistema del coche sobre autonomía restante.

Una respuesta emocional y racional

La ansiedad de autonomía no es meramente lógica, sino que también tiene una carga emocional como sucede con el miedo a volar, a pasar por túneles o meterse en cuevas.

Estudios en neurociencia del comportamiento sugieren que la ansiedad ante situaciones nuevas o poco conocidas es una respuesta natural del cerebro humano. En este caso, se combina con el temor a la inmovilidad y al aislamiento, dos sensaciones profundamente humanas.

La ansiedad de autonomía es una preocupación psicológica derivada de la posibilidad de que la batería del vehículo eléctrico se agote antes de llegar a una estación de carga o al destino. Este temor se acentúa especialmente en trayectos largos o en zonas donde la infraestructura de carga es escasa o poco confiable.

evolución autonomía vehículos eléctricos

La industria parece que responde

Fabricantes como Tesla, Hyundai, BMW y Ford están invirtiendo en aumentar la autonomía de sus modelos, mejorar el software de predicción de carga y colaborar con redes de carga rápida. Además, países como Noruega, Alemania y China han priorizado la expansión de la infraestructura como eje de sus políticas de electrificación.

El objetivo: que cargar un coche eléctrico sea tan simple, rápido y confiable como repostar gasolina.

La ansiedad de autonomía es un obstáculo real, pero superable. Forma parte del proceso de transición hacia un nuevo modelo de movilidad. Así como en su día surgieron miedos en los primeros automovilistas de principios del siglo XX, hoy estamos frente a un reto psicológico más que técnico.

Con información, experiencia y confianza, ese miedo inicial se convierte en una anécdota más del viaje hacia un futuro más sostenible.

¿Se puede superar esta ansiedad?

Sí. Aunque no existe una “cura” definitiva, varias estrategias han demostrado reducir notablemente el miedo a quedarse sin batería:

  • Educación y familiarización con el vehículo eléctrico.
    Conocer de manera práctica el funcionamiento del coche, los patrones reales de consumo y cómo responder ante imprevistos (como localizar estaciones cercanas), aumenta la sensación de control.

  • Planificación anticipada de rutas.
    Existen apps (como A Better Route Planner, PlugShare o la navegación integrada de cada marca) que permiten planificar rutas incluyendo paradas óptimas de carga.

  • Uso gradual del vehículo.
    Comenzar con trayectos cortos, en zonas conocidas, y luego ir ampliando distancias, ayuda a construir confianza.

  • Apoyo psicológico.
    En algunos países están empezando a desarrollarse terapias o programas específicos para la ansiedad asociada a la movilidad eléctrica, inspirados en los tratamientos para el miedo a volar. especialmente en contextos donde la adopción del VE está creciendo (como Noruega, Países Bajos, Alemania, California, etc.). Algunos concesionarios incluso ofrecen sesiones introductorias o pruebas acompañadas para nuevos conductores de VE que expresan inseguridad.