Mini Cooper E, la reinvención en clave eléctrica de un mito británico de 4 ruedas
Este modelo siempre ha sido sinónimo de diseño, agilidad y un toque de rebeldía urbana que mantiene en el formato moderno
Conducir el Mini Cooper E es reencontrarse con un clásico reinventado. La marca prometía que lo eléctrico no mataría el “go-kart feeling” tan propio de la casa, y tras pasar un día entero con él puedo decir que lo han conseguido.
Desde el primer momento, lo que impresiona es lo ágil y divertido que resulta en ciudad. La dirección es directa, el coche responde con inmediatez al acelerador y se mueve entre el tráfico con una facilidad pasmosa. Su tamaño contenido (menos de 3,90 m) hace que encaje como un guante en calles estrechas y parkings donde otros coches sufren.
El silencio de marcha añade un punto premium: la sensación de estar en algo distinto, exclusivo. Y aunque sea eléctrico, sigue siendo un Mini en su forma de comportarse: vivo, ligero y siempre dispuesto a girar una esquina con una sonrisa.
Salgo a autopista y el Cooper E mantiene el tipo. Con 184 CV en la versión de acceso, tiene fuerza de sobra para incorporaciones y adelantamientos. No se siente nervioso a 120 km/h, sino sólido, asentado, con la estabilidad que da llevar la batería en el suelo.
Si buscas un extra, el Cooper SE con 218 CV tiene aún más empuje y alarga la autonomía hasta más de 400 km. Pero incluso el Cooper E básico transmite suficiente seguridad para viajar sin pensar que llevas “solo” un urbano eléctrico.
En tramos de curvas aparece la verdadera esencia Mini: dirección rápida, centro de gravedad bajo y chasis afinado. No es un deportivo, pero transmite algo especial, esa sensación de coche pequeño que hace grande al conductor.
Durante la jornada, con mezcla de ciudad y carretera, el consumo medio se ha mantenido en torno a 15–16 kWh/100 km, lo que da una autonomía real muy cercana a la homologada: entre 280 y 300 km en el Cooper E.
Con carga rápida a 95 kW, en una parada de media hora recuperas el 70 % de la batería, lo que da margen para viajes. Para el día a día urbano, basta con cargarlo dos o tres veces por semana en un enchufe doméstico o en un wallbox de 11 kW.
Interior: tecnología y ambiente único
El interior marca diferencias. La pantalla OLED circular no solo es original, también práctica, y el ambiente general transmite modernidad con un aire juguetón, como siempre en Mini. Se ha eliminado el cuero en favor de materiales reciclados, pero la calidad percibida es buena y los asientos resultan cómodos incluso en recorridos largos.
La sensación es la de ir en un coche con carácter propio, no en un eléctrico más. Y eso se agradece. El Mini Cooper E demuestra que es posible electrificar un icono sin perder su esencia. Es ágil, divertido, tecnológico y con suficiente autonomía para la mayoría de usos.
¿Su punto débil? El precio, que lo coloca como un coche de capricho más que como una opción racional frente a rivales como el Renault 5 o el Peugeot e-208. Pero esa ha sido siempre la naturaleza del Mini: no compras solo un coche, compras un estilo de vida.
En definitiva, es un urbano premium que consigue que conducir siga siendo divertido en la era eléctrica.




El Mini Cooper E es mucho más que la electrificación de un clásico. Es un coche que consigue mantener el carácter divertido y aspiracional del la marca, mientras aporta la eficiencia y suavidad de la movilidad eléctrica. No es barato y tampoco pretende serlo: el Mini sigue siendo un coche de capricho, una declaración de estilo más que una compra racional. Pero ahora, además, lo hace con una autonomía digna y la tecnología que se espera de un eléctrico moderno.


Con la llegada del Mini Cooper E, el pequeño británico se actualiza para una nueva era de movilidad: la eléctrica. Más autonomía, más tecnología y la promesa de mantener intacto el famoso “go-kart feeling” que caracteriza a la marca.
Dos versiones eléctricas para todos los gustos
El Cooper eléctrico llega en dos variantes principales:
Mini Cooper E → 184 CV, batería de 40,7 kWh y hasta 305 km de autonomía WLTP.
Mini Cooper SE → 218 CV, batería de 54,2 kWh y hasta 402 km de autonomía WLTP.
Ambos modelos comparten tracción delantera, una aceleración instantánea típica de los eléctricos y cifras que lo colocan entre los urbanos eléctricos más prestacionales del mercado.
Diseño exterior: clásico, pero más limpio
Visualmente, el nuevo Cooper E mantiene las proporciones icónicas del Mini, pero con líneas más depuradas, tiradores enrasados y un frontal con una parrilla prácticamente cerrada. Las ópticas redondeadas siguen presentes, ahora con firma lumínica LED más tecnológica.
Mide 3,86 metros de largo, lo que lo hace apenas más grande que la generación saliente, y su maletero ofrece 200 litros (ampliables a 800 con asientos abatidos). No es el coche para grandes mudanzas, pero sí suficiente para un uso urbano y escapadas cortas.
Interior: minimalismo digital con esencia Mini
Al abrir la puerta, la atención se centra en la pantalla OLED circular de 24 cm situada en el centro del salpicadero. Este elemento, que recuerda al velocímetro clásico del Mini original, concentra casi todas las funciones: navegación, infoentretenimiento, climatización y hasta los modos de conducción.
El interior apuesta por materiales reciclados y sostenibles, eliminando el cuero y reforzando la sensación de modernidad. Aun así, mantiene detalles de diseño que lo hacen inconfundiblemente Mini: coloridos acabados, superficies alegres y un ambiente más emocional que sobrio.
Tecnología y asistencias
El Cooper E incorpora el nuevo sistema operativo Mini OS 9, compatible con Apple CarPlay y Android Auto inalámbricos, además de control por voz con el comando “Hey Mini”.
En seguridad, incluye asistentes de última generación: control de crucero adaptativo, mantenimiento activo de carril, frenada de emergencia, sensores de aparcamiento y park assist automático.
Muy divertido pero demasiado caro
Comportamiento: el ADN Mini no se pierde
Uno de los miedos de muchos aficionados era que el paso a lo eléctrico diluyera el ADN deportivo de la marca. Nada más lejos de la realidad. El Cooper E mantiene una dirección directa, chasis ágil y un comportamiento muy estable en curvas, reforzado por el bajo centro de gravedad que aporta la batería.
En ciudad se mueve con una soltura pasmosa, silencioso y con la respuesta instantánea del motor eléctrico, lo que lo convierte en un aliado perfecto para el día a día. En carretera transmite más empaque que su tamaño sugiere y permite divertirse en tramos revirados, manteniendo vivo el espíritu Mini.
Autonomía y carga
En la práctica, el Mini Cooper E es un coche pensado para combinar trayectos urbanos con escapadas puntuales. La versión básica (305 km WLTP) es más que suficiente para la vida diaria, mientras que el Cooper SE amplía su radio de acción hasta los 400 km.
Ambos admiten carga rápida en CC hasta 95 kW, recuperando del 10 al 80 % en unos 30 minutos, y en carga doméstica trifásica (11 kW) tardan unas 5 horas en completar la batería.
Precio en España
El Mini Cooper E parte en España de 34.800 €, mientras que el Cooper SE arranca en torno a los 38.000 €. Con las ayudas del Plan Moves III, la factura puede reducirse en hasta 7.000 €, situándolo en un rango competitivo frente a rivales directos como el Fiat 500e, el Peugeot e-208 o el Renault 5 E-Tech.


Lancia Ypsilon EV vs Mini Cooper E: cuando lo pequeño y premium pretende, y consigue, ser un producto exclusivo
El segmento B siempre ha sido territorio de coches prácticos y asequibles, pensados para la mayoría. Sin embargo, tanto el nuevo Lancia Ypsilon eléctrico como el Mini Cooper E demuestran que también en los utilitarios cabe la exclusividad.
El Mini lo hace desde su ADN histórico: diseño icónico, tres puertas y un carácter urbano con tintes deportivos. Es más potente (184 CV) y transmite ese aire pasional que ha convertido a la marca en un estilo de vida. A cambio, sacrifica maletero (210 litros) y versatilidad.
El Ypsilon, por su parte, apuesta por la elegancia italiana. Más largo, con cinco puertas y un maletero de 352 litros, se presenta como un coche pequeño pero refinado y práctico a la vez, ideal para quien busca diseño pero no quiere renunciar a la comodidad diaria. Sus 156 CV y la batería de 51 kWh le permiten alcanzar hasta 350 km de autonomía, colocándolo en una posición equilibrada entre funcionalidad y distinción.
No son los únicos que intentan este salto de clase en lo pequeño. Ahí está el Abarth 500e, con su imagen deportiva y precio que supera a muchos compactos, o el propio Peugeot e-208 GT, que en sus versiones más equipadas se coloca como un producto aspiracional dentro de la gama generalista.
La conclusión es clara: los utilitarios eléctricos ya no son solo una opción lógica para moverse en ciudad. En manos de marcas con identidad fuerte, se han convertido en objetos de deseo. Y tanto el Mini como el Ypsilon son prueba de que, incluso en lo pequeño, también se puede aspirar a lo exclusivo.
Mini cooper e






La resistencia del 'tres puertas'
En un mercado donde los SUV dominan y la mayoría de compactos y utilitarios han abandonado las carrocerías de tres puertas, el hecho de que Mini siga apostando por este formato es, en sí mismo, una declaración de intenciones.
La realidad es que los coches de tres puertas han perdido relevancia comercial: son menos prácticos para familias, más incómodos para acceder a las plazas traseras y suelen ofrecer un maletero limitado. Por eso, casi todas las marcas han optado por simplificar gamas y centrarse en versiones de cinco puertas o SUV.
Entonces, ¿por qué Mini mantiene el formato?
Identidad histórica: el Mini original siempre fue un 3 puertas. Mantener esa silueta es una forma de conservar la esencia del modelo.
Imagen aspiracional: un 3 puertas transmite más deportividad, exclusividad y estilo. Es un coche que se compra más por pasión que por necesidad.
Segmento premium: en la gama Mini, lo racional no es lo prioritario. Lo importante es la experiencia, el diseño y el “factor capricho”.
En la práctica, apostar por un 3 puertas en 2025 es ir contracorriente, pero también un movimiento inteligente para diferenciarse: mientras casi todos los urbanos ofrecen una fórmula parecida (cinco puertas, perfil funcional), Mini refuerza su carácter de objeto de deseo.
La contrapartida es clara: el Mini Cooper E de tres puertas no será nunca un coche de volumen alto, pero sí puede seguir siendo un icono de estilo que justifique su precio y su posición en el mercado.
foto mini
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