Honda e: el eléctrico urbano que quiso ser icono y terminó siendo un coche de culto
Un diseño inspirado en el pasado y tecnología adelantada a su tiempo, pero su autonomía y precio lo dejaron fuera del mercado
El Honda e es de esos coches que generan simpatía inmediata. Su diseño retrofuturista, con aires de los Civic de los 70 reinterpretados en clave moderna, lo convierte en un urbano único, distinto a cualquier otro eléctrico de su época. Con solo mirarlo, transmite personalidad y carisma.
En la práctica, el coche se siente ágil y divertido. Su tamaño compacto y su radio de giro mínimo lo hacen perfecto para la ciudad, mientras que la tracción trasera le aporta un toque dinámico poco habitual en un urbano eléctrico. La dirección precisa y la suavidad de marcha lo convierten en un coche muy agradable de conducir.
El interior es otro de sus grandes puntos de impacto: un salpicadero dominado por cinco pantallas, dos de ellas dedicadas a los retrovisores por cámara, que refuerzan su carácter tecnológico. Los acabados transmiten calidad y el ambiente a bordo es moderno y cálido al mismo tiempo.
Sin embargo, la balanza cambia al hablar de sus limitaciones objetivas. La batería de 35,5 kWh y su autonomía real de 150 a 170 km lo hacen poco competitivo frente a rivales que ofrecían más del doble. En ciudad puede ser suficiente, pero en cuanto se piensa en un uso mixto, se queda corto. A esto se suma un precio elevado (más de 35.000 €), que lo situaba en terreno de eléctricos más grandes y polivalentes.
En definitiva: el Honda e es un coche apasionante y entrañable, que enamora por diseño y tecnología, pero que nunca fue una opción racional para la mayoría. Hoy, con su producción ya finalizada, se perfila como un objeto de culto eléctrico, más valorado por su estética y rareza que por su utilidad práctica.




En un mercado cada vez más poblado de eléctricos prácticos y asequibles, el Honda e llegó con una propuesta muy distinta: un coche urbano de diseño retrofuturista, cargado de tecnología y con una personalidad única. Desde su presentación en 2019, cautivó a todos, pero su carrera comercial fue breve y discreta. Hoy es recordado como un objeto de deseo para entusiastas de la movilidad eléctrica.


Un diseño que enamora
El Honda e no buscaba ser un coche más en la gama. Con claras reminiscencias al Honda Civic de los años 70, apostaba por líneas redondeadas, faros circulares y un aire simpático y minimalista que rompía con la estética recargada de otros urbanos. Su tamaño compacto, de apenas 3,89 metros, lo convertía en un coche ideal para la ciudad, y su interior destacaba por un despliegue de pantallas a lo ancho del salpicadero que parecía salido de un concept car.
Tecnología única: retrovisores por cámara
Uno de los detalles más comentados fueron sus retrovisores digitales: cámaras que proyectaban la imagen en pantallas interiores, mejorando la aerodinámica y la visibilidad. Un sistema innovador que reforzaba el carácter futurista del modelo. A ello se sumaban un interior conectado, asistencias avanzadas a la conducción y una experiencia tecnológica más cercana a la de un gadget que a la de un coche tradicional.
Autonomía limitada, el talón de Aquiles
Pese a su encanto, el Honda e llegó con una batería de 35,5 kWh y una autonomía homologada de apenas 220 km WLTP (en condiciones reales, entre 150 y 170 km). En un mercado que empezaba a exigir cifras más ambiciosas, esta limitación lo dejó en clara desventaja frente a rivales europeos y chinos que ofrecían más por menos.
Personalidad y poco más


Precio de premium en formato urbano
Otro de los factores que jugó en su contra fue el precio: superar los 35.000 € por un coche tan pequeño y con tan poca autonomía lo convirtió en un modelo aspiracional, más que en una opción racional. Fue un eléctrico que conquistó a los que buscaban diseño y exclusividad, pero perdió la batalla en volumen de ventas.
Un futuro de culto
El Honda e se dejó de fabricar en 2023, tras una vida comercial corta, pero dejó huella. Hoy empieza a labrarse un lugar como coche de culto eléctrico, valorado por su estética icónica, su tecnología innovadora y su propuesta distinta. En el mercado de segunda mano se pueden encontrar unidades, aunque su atractivo es más emocional que práctico.




Honda E foto - honda
📸 En lugar de espejos convencionales, el Honda e monta cámaras laterales que proyectan la imagen en dos pantallas dentro del habitáculo




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