Opel Frontera: el regreso de un nombre mítico en clave familiar, ahora eléctrico
De todoterreno a SUV compacto, la marca lo rescata para ofrecer un modelo práctico, digital y con hasta 400 km de autonomía WLTP
El Opel Frontera eléctrico no pretende ser un coche aspiracional ni despertar pasiones con cifras espectaculares. Su enfoque es mucho más racional: un SUV práctico, de precio ajustado y pensado para cubrir las necesidades de una familia media que busca dar el salto a la movilidad eléctrica sin complicaciones.
Lo primero que transmite es honestidad en su planteamiento. No juega a ser un coche deportivo ni tampoco un SUV de lujo. Su diseño, rectilíneo y robusto, puede que no emocione, pero sí resulta reconocible y coherente con lo que promete: espacio, visibilidad y un maletero amplio. Es el tipo de coche que se valora más con el uso diario que en una primera impresión en un concesionario.
En marcha, las dos versiones disponibles ofrecen un rendimiento suficiente para el día a día. La de 156 CV y batería de 44 kWh encaja bien para quienes hacen recorridos urbanos y periurbanos, mientras que la de 54 kWh y hasta 400 km de autonomía da más margen para escapadas o viajes sin demasiada planificación. No es un coche para buscar emociones al volante, pero sí uno que transmite confianza y comodidad.
En el interior, Opel ha optado por una cabina clara y funcional. La doble pantalla aporta el toque digital que se espera hoy en día, pero sin caer en excesos. La habitabilidad es uno de sus puntos fuertes: espacio suficiente para cinco ocupantes y un maletero que cumple con creces en un coche de este tamaño.
La competencia en este segmento es feroz, pero el Frontera eléctrico juega bien sus cartas. Frente a modelos más caros o con un planteamiento más sofisticado, su relación entre precio, espacio y autonomía lo convierte en una opción sensata. Para quien busque un coche eléctrico familiar sin pretensiones, probablemente sea uno de los candidatos más equilibrados del mercado.
En definitiva, el Opel Frontera eléctrico es un modelo que no busca conquistar con promesas espectaculares, sino con una propuesta sencilla, directa y muy útil en la vida real. Puede que no sea el coche que más titulares acapare, pero sí uno de los que más sentido tengan para muchas familias.




Opel está en plena fase de redefinición de su gama, y uno de los pasos más ambiciosos es el regreso del nombre Frontera, esta vez en clave 100% eléctrica. Lejos de aquel todoterreno robusto de los noventa, el nuevo Frontera se convierte en un SUV compacto y familiar, destinado a ocupar el hueco del Crossland, con un diseño fresco y una filosofía mucho más acorde con los tiempos actuales.


A primera vista, el Frontera llama la atención por su línea rotunda y geométrica, donde se impone el ya característico frontal Opel Vizor, acompañado de unos trazos muy rectilíneos que transmiten robustez sin necesidad de recurrir a un aspecto agresivo. Es un coche que busca la practicidad, con un perfil que favorece la habitabilidad y una zaga de portón vertical que maximiza el espacio de carga.
En el interior, Opel ha apostado por una disposición sencilla y digital: doble pantalla panorámica, mandos reducidos al mínimo y una atmósfera práctica pero con un toque moderno. La marca promete una notable amplitud para cinco ocupantes, algo clave en un modelo pensado como alternativa real a los SUV de uso familiar.
El Frontera eléctrico se ofrece con dos versiones mecánicas: una de acceso con 156 CV y batería de 44 kWh, y una más ambiciosa con batería de 54 kWh y hasta 400 kilómetros de autonomía WLTP. Ambas opciones permiten carga rápida en corriente continua, con la posibilidad de recuperar del 20 al 80% en poco más de media hora. Opel no oculta que este modelo comparte base técnica con otros SUV del grupo Stellantis, como el Peugeot e-2008 o el Jeep Avenger, pero ha buscado un carácter propio tanto en diseño como en puesta a punto.
En el mercado, el Frontera quiere posicionarse como un SUV asequible dentro del mundo eléctrico, sin dejar de lado la versatilidad. Competirá directamente con modelos como el Renault Megane E-Tech, el Volkswagen ID.4 en su versión más básica o el propio Peugeot e-2008, aunque Opel pretende destacar por una relación calidad-precio ajustada y una imagen diferenciada.
En definitiva, el regreso del Frontera es una jugada interesante de Opel: un modelo que recupera un nombre mítico, pero lo adapta a las necesidades actuales. Más que nostalgia, este coche transmite la sensación de que Opel busca reforzar su papel como marca práctica, racional y con un diseño que no pasa desapercibido.
Convence más por uso que por apariencia


Ficha técnica Opel Frontera eléctrico
Segmento: SUV compacto / familiar
Plazas: 5
Maletero: por encima de los 450 litros aprox. (según versión)
Motorizaciones:
Eléctrico 156 CV, batería 44 kWh, autonomía WLTP aprox. 300 km
Eléctrico 156 CV, batería 54 kWh, autonomía WLTP hasta 400 km
Carga:
CA: hasta 11 kW
CC: hasta 100 kW (20-80% en unos 30 minutos)
Tracción: Delantera
Velocidad máxima: 150 km/h
Aceleración 0-100 km/h: alrededor de 9,5 s
Dimensiones (aprox.):
Largo: 4,38 m
Ancho: 1,80 m
Alto: 1,60 m
Plataforma: eCMP (Stellantis)
Rivales directos: Renault Megane E-Tech, Peugeot e-2008, Jeep Avenger, Hyundai Kona


Herencia Stellantis, personalidad Opel
El Opel Frontera comparte base con el Peugeot e-2008 o el Jeep Avenger, pero se ha diferenciado con diseño propio y puesta a punto específica. El modelo original de los 90 era un 4x4 robusto con chasis de Isuzu; ahora regresa como SUV eléctrico familiar. Es uno de esos casos en que la marca rescata un nombre icónico pero lo reinterpreta por completo.




Opel frontera eléctrico foto - stellantis media
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