Fórmula E, no solo la F1 de los vatios sino el laboratorio del futuro en las carreteras
El campeonato sirve como banco de pruebas para el desarrollo de baterías, eficiencia energética y software de gestión eléctrica
La Fórmula E fue concebida por Jean Todt, entonces presidente de la Federación Internacional del Automóvil (FIA), y Alejandro Agag, empresario español y actual presidente de la competición. La idea era simple pero revolucionaria: crear un campeonato de automovilismo con coches completamente eléctricos, disputado en circuitos urbanos en grandes ciudades del mundo, y con un fuerte componente de sostenibilidad y tecnología.
El campeonato se lanzó oficialmente en septiembre de 2014 con su primera carrera en Beijing, y desde entonces no ha dejado de crecer en popularidad e innovación.
Características de los vehículos
Los coches de Fórmula E no son simples adaptaciones de vehículos convencionales, sino auténticas máquinas de competición diseñadas desde cero para ofrecer altas prestaciones, eficiencia energética y cero emisiones. Estas son algunas de sus características técnicas:
Motorización: Cada monoplaza utiliza un motor eléctrico que puede entregar hasta 350 kW (equivalente a 470 caballos de fuerza) en clasificación, y 300 kW (aproximadamente 402 CV) en carrera.
Aceleración: Los coches pueden acelerar de 0 a 100 km/h en unos 2.8 segundos, compitiendo con los tiempos de la Fórmula 1.
Batería: Desarrollada por Williams Advanced Engineering y más recientemente por McLaren Applied Technologies, la batería es una de las piezas clave. En su tercera generación (Gen3), permite completar toda la carrera sin cambios, una evolución respecto a las primeras temporadas.
Velocidad máxima: Los monoplazas de Gen3 alcanzan velocidades de hasta 322 km/h, todo ello sin emisiones contaminantes.
Diseño: Aerodinámico, ligero y futurista. Además, un 40% de la energía utilizada en carrera proviene de la frenada regenerativa.
Uno de los principales logros tecnológicos de la Fórmula E ha sido su capacidad para mejorar la autonomía y el rendimiento de los vehículos eléctricos en condiciones extremas, transfiriendo avances directamente a la industria automovilística.








En un mundo cada vez más preocupado por la sostenibilidad y el cambio climático, la Fórmula E ha emergido como una alternativa innovadora y futurista al automovilismo tradicional. Desde su creación en 2014, este campeonato de monoplazas eléctricos ha desafiado las convenciones de las carreras de motor, fusionando velocidad, tecnología y ecología. Pero ¿qué es exactamente la Fórmula E? ¿Cómo funciona? ¿Y por qué está captando la atención de fabricantes, ciudades y aficionados en todo el mundo?
Formato de competición
La Fórmula E cuenta con un formato único y atractivo tanto para los equipos como para el público:
Temporada y carreras
La temporada se compone de múltiples carreras, conocidas como E-Prix, que se celebran en circuitos urbanos de ciudades emblemáticas como Nueva York, Roma, Londres, Ciudad de México, Berlín, Mónaco o Yakarta.
Las pistas urbanas presentan retos adicionales como curvas cerradas, superficies irregulares y espacios limitados, lo que genera un espectáculo más impredecible y emocionante.
Clasificación
Se divide en dos fases: grupos y duelos. Los pilotos compiten primero por tiempos en grupos, y luego los mejores se enfrentan en eliminatorias uno contra uno hasta llegar a la pole position.
Carrera
La duración aproximada de una carrera es de 45 minutos más una vuelta.
Durante la competencia se emplean estrategias energéticas clave, ya que los pilotos deben gestionar cuidadosamente el uso de batería para llegar al final con el mejor rendimiento.
Attack Mode y Fanboost
Attack Mode: al pasar por una zona determinada del circuito, el piloto activa un aumento temporal de potencia (hasta 350 kW). Su uso es obligatorio y añade una dimensión táctica a la carrera.
Fanboost: una innovación única de la Fórmula E, permite que los aficionados voten por sus pilotos favoritos, otorgándoles un breve impulso extra de potencia durante la carrera.
Objetivos y sostenibilidad
Más allá de lo deportivo, la Fórmula E tiene una misión clara: acelerar la transición hacia una movilidad más limpia y sostenible.
Reducción de emisiones
La Fórmula E es la primera categoría del automovilismo en ser certificada como carbono neutral desde su inicio. Todos los aspectos del campeonato —desde la logística hasta la energía usada en pista— están orientados a minimizar el impacto ambiental.
Innovación tecnológica
El campeonato sirve como laboratorio para el desarrollo de baterías, eficiencia energética, y software de gestión eléctrica. Muchas de las tecnologías probadas en pista acaban integradas en los vehículos eléctricos comerciales.
Foto fórmula e
promoción principio de temporada


monoplaza de fórmula e
Foto fórmula e
Conciencia social
Mediante su alianza con ciudades anfitrionas y organizaciones como la ONU, la Fórmula E promueve políticas urbanas sostenibles, educación sobre el cambio climático y empoderamiento social.
Participación de fabricantes y pilotos
Con el tiempo, la Fórmula E ha atraído a algunos de los fabricantes más importantes del mundo automotriz:
Mercedes-Benz
Porsche
Jaguar
Maserati
Nissan
DS Automobiles (Stellantis)
Mahindra
Andretti (en asociación con Porsche)
Además, varios ex pilotos de Fórmula 1 han participado, como Jean-Éric Vergne, Stoffel Vandoorne, Lucas di Grassi, Felipe Massa o Pascal Wehrlein, contribuyendo al prestigio y la competitividad del campeonato.
Cobertura mediática y crecimiento global
En sus primeras temporadas, la Fórmula E era vista como una propuesta experimental. Hoy, es un fenómeno global con transmisiones en más de 150 países, un creciente número de espectadores digitales y una fuerte presencia en redes sociales.
Audiencia: La temporada 2023-2024 superó los 400 millones de espectadores acumulados.
Redes sociales: Es la categoría de automovilismo con mayor engagement por usuario, especialmente entre el público joven.
Documentales y series: Plataformas como YouTube y canales deportivos han producido contenido original sobre los entresijos del campeonato, atrayendo nuevas audiencias.
Desafíos y futuro
A pesar de su crecimiento, la Fórmula E aún enfrenta retos: competir con la arraigada Fórmula 1, mejorar la percepción pública de los coches eléctricos, y mantener un equilibrio entre espectáculo y sostenibilidad.
Sin embargo, su ambición no decae. La llegada de nuevas normativas técnicas, la expansión a nuevos mercados como India o Brasil, y el desarrollo de la próxima generación de monoplazas (Gen4) auguran una evolución constante.
La Fórmula E no solo representa una nueva forma de competir, sino una nueva forma de pensar el automovilismo. Es una plataforma para la innovación, un escaparate para el futuro de la movilidad, y una inspiración para una generación que quiere velocidad sin contaminar. En definitiva, la Fórmula E no es el reemplazo de la Fórmula 1; es su evolución más limpia, más tecnológica y más consciente.
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