Kia Niro EV: el SUV eléctrico que marcó un giro en la visión de la marca coreana
Con autonomía, espacio generoso y un planteamiento práctico, abrió el camino a una movilidad eléctrica pensada para el día a día
El Kia Niro EV es, ante todo, un coche equilibrado. No intenta impresionar con cifras desorbitadas ni con un diseño rompedor, pero precisamente ahí radica su fortaleza: es un eléctrico pensado para funcionar bien en casi todos los escenarios de uso.
En ciudad, se comporta con suavidad y transmite sensación de control. La entrega inmediata de par hace que moverse entre el tráfico sea ágil, y el silencio de marcha refuerza la idea de confort. Además, pese a ser un SUV, su tamaño contenido permite maniobrar con relativa facilidad, apoyado por asistentes como la cámara de visión trasera o el control de ángulo muerto.
En carretera, el Niro EV muestra un rodar estable y cómodo. No es un coche deportivo —ni lo pretende—, pero acelera con suficiente energía como para afrontar adelantamientos sin estrés. Su consumo es contenido para el tipo de carrocería que es, lo que le permite alcanzar autonomías reales cercanas a los 400 kilómetros en uso mixto. La suspensión, de esquema multibrazo trasero, contribuye a un confort de marcha que lo sitúa por encima de algunos rivales directos.
El interior es otro de sus puntos fuertes. El espacio para los pasajeros es generoso y el maletero de 475 litros resulta muy práctico, con formas aprovechables. Los materiales no son de lujo, pero sí correctos y con buenos ajustes. La doble pantalla de 10,25 pulgadas aporta modernidad, mientras que los mandos físicos para funciones básicas siguen estando presentes, lo que facilita la vida diaria.
En el apartado tecnológico, el Niro EV está bien equipado: asistentes avanzados de conducción, conectividad con actualizaciones OTA y, en algunos acabados, detalles como el head-up display o la bomba de calor para optimizar la climatización.
¿Dónde flaquea? Principalmente en la carga rápida. Sus 80 kW de potencia máxima lo sitúan por detrás de rivales más modernos, lo que significa que en viajes largos el tiempo de espera puede ser mayor. Tampoco ofrece la tracción total que sí incorporan otros eléctricos de la competencia, aunque para la mayoría de usuarios esto no será un problema.
En definitiva, el Kia Niro EV es un coche que transmite confianza y practicidad. No busca llamar la atención, sino ser una herramienta eficaz para quien quiere dar el paso al eléctrico sin complicaciones. Es cómodo, espacioso, eficiente y suficientemente capaz en todos los terrenos. Quizá no sea el más emocionante del mercado, pero sí uno de los más coherentes.




Cuando en 2018 Kia lanzó el e-Niro al mercado europeo, pocos imaginaban que este SUV compacto acabaría convirtiéndose en uno de los referentes de la movilidad eléctrica. Por aquel entonces, la oferta de EVs se reducía a modelos urbanos con autonomías limitadas o a propuestas de precio elevado reservadas a un público muy concreto. El e-Niro llegó para llenar un vacío: un vehículo con carrocería familiar, espacio generoso, tecnología solvente y, sobre todo, una autonomía realista que permitía pensar en viajes largos.


Desde su estreno, el e-Niro se presentó como un coche pensado para el día a día, pero con la capacidad de afrontar desplazamientos por carretera sin angustia. Kia apostó por un planteamiento claro: ofrecer dos versiones de batería (39 kWh y 64 kWh) que dieran al cliente la posibilidad de elegir entre un precio más contenido o una autonomía superior. Esa estrategia fue clave, porque hasta entonces pocos fabricantes se habían atrevido a ofrecer esta flexibilidad.
El diseño nunca fue rompedor ni futurista. El e-Niro se mantuvo fiel a las líneas del Niro híbrido y del híbrido enchufable, con un aspecto sobrio y familiar. Esa estética, lejos de ser un problema, jugó a su favor: era un eléctrico que no gritaba “soy distinto”, sino que se integraba en la calle como cualquier otro SUV compacto. Para muchos conductores, eso lo convirtió en una elección natural frente a alternativas más llamativas pero menos prácticas.
En el interior, el e-Niro destacaba por el espacio, con una habitabilidad que lo situaba por encima de varios rivales directos. Cinco adultos podían viajar con relativa comodidad y el maletero ofrecía un volumen muy aprovechable. Además, Kia supo dotarlo de una buena carga tecnológica, con un cuadro de instrumentos digital, una pantalla multimedia de 10,25 pulgadas en las versiones más completas y un paquete de asistentes de conducción bastante avanzado para su época.
Pero lo que realmente marcó la diferencia fue la autonomía. Con la batería de 64 kWh, el e-Niro alcanzaba hasta 455 kilómetros en ciclo WLTP, una cifra que en la práctica rondaba los 350–380 km reales en condiciones mixtas. Esto le situaba en una liga distinta frente a eléctricos urbanos que apenas rozaban los 200 km, y lo acercaba a modelos premium que costaban mucho más. Incluso la versión de 39 kWh, con unos 289 km WLTP, resultaba más que suficiente para un uso eminentemente urbano y periurbano.
La recarga, sin ser la más rápida del mercado, estaba bien resuelta para la época. Con carga rápida en corriente continua de hasta 77 kW, podía recuperar del 10 al 80 % en unos 45 minutos, mientras que en corriente alterna aceptaba hasta 11 kW, lo que facilitaba el uso doméstico con wallbox.
El e-Niro también sorprendió en conducción. Su motor eléctrico de 204 CV (150 kW) ofrecía una aceleración contundente, con un 0-100 km/h en 7,8 segundos, aunque lo más destacable era la suavidad y el silencio con los que se desenvolvía en cualquier situación. En carretera transmitía solidez, sin brillos deportivos, pero con una seguridad que invitaba a viajar relajado.
Con los años, el e-Niro fue consolidándose como un “superventas silencioso”. Sin campañas publicitarias estridentes, Kia fue ganando la confianza de miles de clientes que buscaban un eléctrico de verdad, práctico y sin grandes complicaciones. Su éxito ayudó a la marca coreana a posicionarse como uno de los fabricantes con mayor credibilidad en el terreno eléctrico, y allanó el camino para el lanzamiento de modelos posteriores como el EV6 o la nueva generación del Niro EV.
Hoy, aunque el e-Niro ha cedido protagonismo al actual Niro EV, sigue siendo un coche muy valorado en el mercado de segunda mano. Su fiabilidad, autonomía real y equipamiento equilibrado lo mantienen como una opción recomendable para quienes buscan entrar en el mundo eléctrico sin renunciar a espacio y versatilidad.
El Kia e-Niro demostró que la movilidad eléctrica no tenía por qué ser exclusiva ni elitista. Supo ofrecer una propuesta convincente, práctica y asequible para un público amplio, y esa es quizá su mayor herencia: haber abierto la puerta a que los eléctricos dejaran de ser una rareza en la carretera para convertirse en una alternativa cotidiana.
Práctico pero con limitaciones


Ficha técnica Kia Niro EV
Dimensiones y carrocería
Longitud: 4.420 mm
Anchura: 1.825 mm
Altura: 1.570 mm
Batalla: 2.720 mm
Maletero: 475 litros (más un pequeño cofre delantero de 20 litros)
Plazas: 5
Motor y prestaciones
Tipo de motor: Eléctrico síncrono de imanes permanentes
Potencia máxima: 150 kW (204 CV)
Par máximo: 255 Nm
Aceleración 0-100 km/h: 7,8 segundos
Velocidad máxima: 167 km/h
Batería y autonomía
Capacidad: 64,8 kWh (útil)
Autonomía WLTP: hasta 460 km
Consumo medio: 15,9 kWh/100 km aprox.
Recarga
Corriente alterna (AC): hasta 11 kW (carga completa en unas 6 horas y 20 min)
Corriente continua (DC): hasta 80 kW (del 10 al 80 % en unos 45 minutos)
Conector: CCS Combo 2
Chasis y suspensión
Tracción: Delantera
Suspensión delantera: McPherson
Suspensión trasera: Multibrazo
Frenos: Discos ventilados delante y discos sólidos detrás
Equipamiento destacado
Pantalla central de 10,25”
Cuadro digital de 10,25”
Conectividad Kia Connect
Asistentes de conducción (LKA, control de crucero adaptativo, asistente de cambio de carril, frenada de emergencia automática, detector de ángulo muerto)
Head-up display en opción
Climatizador por bomba de calor (según versión)
Precio de partida (España, 2025)
Desde unos 31.000 €


De Kia e-Niro a Kia EV
El cambio de nombre de Kia e-Niro a Kia Niro EV no fue solo una cuestión estética, aunque pueda parecerlo. Con la llegada de la nueva generación del Niro en 2022, Kia decidió unificar la gama bajo una misma denominación (Niro híbrido, Niro PHEV y Niro EV) para simplificar la identificación de cada versión.
Además del nuevo nombre, el Niro EV estrenó un diseño completamente renovado, más moderno y con un aire futurista que lo diferencia claramente del e-Niro anterior, mucho más sobrio. También mejoró en aspectos prácticos: el interior ganó espacio, la pantalla central creció hasta las 10,25 pulgadas, el maletero se amplió (475 litros frente a los 451 del e-Niro) y se añadieron tecnologías de última generación en conectividad y asistentes de conducción.
En cuanto a la parte eléctrica, ambos comparten la batería de 64,8 kWh y un rango de autonomía muy parecido, pero el Niro EV optimiza la gestión energética y los sistemas de recarga, además de ofrecer un diseño más aerodinámico y eficiente.
En resumen: no fue solo un cambio de nombre, sino un relevo generacional con mejoras en diseño, habitabilidad y tecnología, aunque la base técnica se mantuvo muy cercana.






El reto de convivir con los nuevos EV3 y EV4
La llegada de modelos como el Kia EV3 y el Kia EV4 coloca al Niro EV en una posición delicada dentro de la gama. Por un lado, supone una ventaja: refuerza la imagen de Kia como marca comprometida con la electrificación y ofrece al cliente más opciones según su presupuesto o necesidades.
Pero también tiene un lado menos positivo: el Niro EV corre el riesgo de quedar en tierra de nadie, eclipsado por la modernidad estética y tecnológica de los nuevos EV, que llegan con plataformas más avanzadas y recargas más rápidas.
En resumen, su mayor fortaleza sigue siendo el equilibrio entre precio, espacio y autonomía, aunque tendrá que convivir con la presión de unos “hermanos pequeños” que prometen hacerle sombra en el escaparate.
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